Cada colección de Valdespino es heredera de un linaje vitivinícola centenario.
Rara vez se embotella el tiempo.
El origen del concepto
“Single Vineyard”
Variedad: Palomino Fino
Alcohol: 22º
Edad Media: Más de 30 años.
Vino de carácter genuino, acentuado por las Soleras establecidas a finales del siglo XIX. Es un amontillado viejísimo procedente de manzanilla. Anteriormente se rociaba con manzanilla de la bodega de Manuel de Argüeso, que pertenecía a Valdespino. Hoy en día su criadera más joven se rocía con manzanilla pasada de la emblemática bodega de Misericordia del Barrio Alto de Sanlúcar de Barrameda.
Una eminencia desde el siglo XIX.
Variedad: Palomino Fino
Alcohol: 22º
Edad Media: 50 años.
Cardenal recibe su nombre por unas exportaciones que se hicieron a finales del siglo XIX a Irlanda, al notorio cardenal de Salis, un enamorado de este “sherry”. Las soleras de los vinos más viejos de Valdespino fueron establecidas a finales del S. XIX. De hecho, Cardenal fue la segunda marca registrada por Valdespino, el 8 de enero de 1894. Muy potente, profundo y voluminoso. Una personalidad única, reconocida a nivel internacional. La solera de Cardenal se sustenta en cuatro criaderas. La última de estas, es rociada con la solera del magnífico Palo Cortado Viejo C.P.
La esencia de
un oloroso.
Variedad: Palomino Fino
Alcohol: 22º
Edad Media: más 30 años.
Es un vino viejísimo, poderoso, complejo y muy concentrado. La misma esencia del Pago Carrascal y de las soleras más antiguas de Valdespino, de donde procede.
Variedad: Pedro Ximenez
Alcohol: 22º
Edad Media: Más de 30 años.
Es un vino “de cupo”, absolutamente exclusivo. Se obtiene a partir de una selección de las botas más singulares de la solera de nuestro Pedro Ximénez El Candado. Con una cuidadosa crianza de más de 30 años en bota de roble americano, Pedro Ximénez Niños es suave, denso, aterciopelado, casi comestible. Un vino de una extraordinaria y compleja dulzura.
Cada colección de Valdespino es heredera de un linaje vitivinícola centenario.
Afilado como
una espada.
Vino de carácter genuino, acentuado por las Soleras establecidas a finales del siglo XIX. Es un amontillado viejísimo procedente de manzanilla. Anteriormente se rociaba con manzanilla de la bodega de Manuel de Argüeso, que pertenecía a Valdespino. Hoy en día su criadera más joven se rocía con manzanilla pasada de la emblemática bodega de Misericordia del Barrio Alto de Sanlúcar de Barrameda.
Variedad: Palomino Fino
Alcohol: 22º
Edad Media: Más de 30 años.
Una eminencia desde
el siglo XIX.
Cardenal recibe su nombre por unas exportaciones que se hicieron a finales del siglo XIX a Irlanda, al notorio cardenal de Salis, un enamorado de este “sherry”. Las soleras de los vinos más viejos de Valdespino fueron establecidas a finales del S. XIX. De hecho, Cardenal fue la segunda marca registrada por Valdespino, el 8 de enero de 1894. Muy potente, profundo y voluminoso. Una personalidad única, reconocida a nivel internacional. La solera de Cardenal se sustenta en cuatro criaderas. La última de estas, es rociada con la solera del magnífico Palo Cortado Viejo C.P.
Variedad: Palomino Fino
Alcohol: 22º
Edad Media: 50 años.
Es un vino viejísimo, poderoso, complejo y muy concentrado. La misma esencia del Pago Carrascal y de las soleras más antiguas de Valdespino, de donde procede.
Variedad: Palomino Fino
Alcohol: 22º
Edad Media: más 30 años.
Es un vino “de cupo”, absolutamente exclusivo. Se obtiene a partir de una selección de las botas más singulares de la solera de nuestro Pedro Ximénez El Candado. Con una cuidadosa crianza de más de 30 años en bota de roble americano, Pedro Ximénez Niños es suave, denso, aterciopelado, casi comestible. Un vino de una extraordinaria y compleja dulzura.
Variedad: Pedro Ximenez
Alcohol: 22º
Edad Media: Más de 30 años.